Asesoramiento educativo familiar personalizado

Ayudar a los demás  también es ayudarse a uno mismo
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Observación

Tras conocer a los diferentes miembros de la familia y su entorno más cercano, se recabará información, mediante una observación de la dinámica familiar, para completar el diagnóstico y realizar un plan de acción adecuado.

2

Plan de acción

Tras la finalización de la primera fase de observación, se realizará un plan de trabajo con pautas para la adquisición y fomento de habilidades básicas y hábitos conductuales necesarios para la superación de la crisis

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Intervención

Puesta en práctica y desarrollo del plan de acción y la consolidación de los objetivos propuestos, mediante un trabajo de atención y acompañamiento directo a la familia, ejerciendo como figura de apoyo y supervisión.

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Desvinculación

Supervisión de los cambios obtenidos en la familia, facilitando pautas para el mantenimiento de los logros conseguidos, así como indicaciones para afrontar las posibles dificultades que puedan surgir en el futuro.
Queremos ayudar antes de que llegue la violencia

La existencia de niños y adolescentes que en su proceso de maduración encuentran dificultades en su medio familiar es «una realidad existente que se ha incrementado en los últimos años».

Por Violencia Filio Parental, entendemos el conjunto de conductas reiteradas de agresiones físicas (golpes, empujones, arrojar objetos), verbales (insultos repetidos, amenazas) o no verbales (gestos amenazadores, ruptura de objetos apreciados) dirigida a los padres/madres o a los adultos que ocupan su lugar. Es una violencia que se produce generalmente en escalada: comienza habitualmente con insultos y descalificaciones, pasa a amenazas y rotura de objetos, y finaliza con agresiones físicas de índole cada vez más severa.

Es un proceso que puede durar años y debe destacarse que no alberga un fin predeterminado: la violencia crece progresivamente y no se detiene ni siquiera cuando se consigue una sumisión absoluta, un pleno dominio y control por el terror.

Cada año se abren más de 4.000 expedientes a menores por este tipo de delito, a pesar de que sólo se denuncian los casos más graves, entre un 10% y un 15% del total.

 

No sólo te ocurre a ti

La violencia filio-parental (VFP) no hace diferencia en las personas respecto a su comunidad de residencia, bagaje cultural, estrato social o procedencia. Los y las agredidas son los padres/madres (o aquellos adultos que ocupan su lugar) de cualquier edad y sexo, aunque es más frecuente en padres y madres mayores, en familias monoparentales y aún más en madres que en padres.

 

La VFP no es una “violencia de género”. Tanto hijos como hijas ejercen violencia hacia sus progenitores en proporciones parecidas. Los chicos utilizan con más facilidad la violencia física, mientras que las chicas usan más la psicológica. La Agresividad y la Violencia no son lo mismo, la violencia busca control y poder. Los/as hijos/as suelen ejercer VFP como forma de controlar, amenazar, dominar y/o coaccionar.

 

Este tipo de violencia se puede manifestar de distintas maneras, tales como: Escupir, empujar, golpear, pegar patadas; Lanzar objetos, pegar puñetazos en puertas y/o paredes; Intimidación verbal: gritos, amenazas, insultos, humillaciones, etc; Manipulación, amenazar con matarse y/o huir de casa como forma de obtener lo que quiere o para controlar a su familia; Robar dinero o pertenencias de la familia o amigos/as; Rotura de objetos apreciados por los padres.;  Contraer deudas cuyo pago recae en los progenitores; Y cualquier otra acción o conducta que amenace el sentido de bienestar y seguridad de una persona.
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